El evento inicia a las 5:45. Piscos de honor

2.01.2010

Alguien camina por la casa



En esta casa, mientras los demás dormían, el silencio de la calle ha ido avanzando y me ha dejado mudo.

Violentó la puerta principal y entró a la casa arrastrando los pies, pero aún no ha conseguido doblegar la habitación donde duermen mi madre, mi abuela y mi hermano. No puede sosegar esas respiraciones agitadas y delicadas, de gente que sueña con los recuerdos mientras caminan en campos de flores o son niños de nuevo, o sueñan que duermen en un sueño infinito.

Avanza el silencio y amenaza con forcejear la manija de mi puerta.

Escribo de madrugada. Antes he escrito de madrugada, pero ahora creo que escribiré de madrugada, de mañana o de tarde, mudo; tal y como el silencio me ha dejado. Y repasaré las frases sobre mi pequeño cuaderno de notas y repetiré el sueño de los hombres de barro era ver el mar y pensaré en la inmensidad de las aguas que se encargarán de derretir esos cuerpos. Y repetiré el sueño de los hombres de barro era ver el mar, pero un viento ajeno se posará en mi nuca y huirá como ave golondrina y yo comprenderé la advertencia del silencio que avanza y me cubre con su neblina callada e impenetrable.

Y continuaré escribiendo, sin hablar, sin susurrar siquiera, y la palabra me dominará y ante ese gran silencio acechante yo solo tendré palabras que ofrecerle y levantaré la mirada y lo observaré arrodillado y le ofreceré un puñado de palabras en ambas manos que él despreciará inevitablemente. De una bofetada mis palabras irán a rodar sobre la tierra y se fundirán con ella porque a ella pertenecen.

Y escribiré y escribiré, y cada palabra será un acto de amor y de estrategia de guerra. Escribiré para mostrarle una prosa musculosa al silencio y ver sus ojos de espanto, atónito ante mis palabras, asustado ante su rítmica y cadencia porque ante ellas no podrá avanzar y en el aire quedará el rastro de su huida y yo habré ganado, habré roto el embrujo del silencio, el silencio que avanza lentamente por esta casa, el silencio que ahora mismo ha logrado abrir la puerta y que antes había estado buscándome rincón por rincón, acezante.

Y estoy mudo ante él, y le he mostrado este manojo de palabras, este pobre ejército de signos que él ha desdeñado. Tal vez me está dando tiempo para su próxima visita. Tal vez ha huido no por el poder de mis palabras sino porque quiere enfrentarme cuando yo las haya cultivado. Es muy valiente el silencio, quiere enfrentarme cuando yo pueda enfrentarlo, pero no quiere detenerme, quiere que yo siga escribiendo…

Quiere que yo siga escribiendo,

Quiere que yo siga escribiendo,

Quiere que yo siga escribiendo, mudo.


© Stuart Flores Herrera (Huancayo, 1986)
Estudia Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San marcos. Es coordinador de la revista Estereograma.

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