El evento inicia a las 5:45. Piscos de honor

2.01.2010

Esteras - Alfredo de la Cruz

Sauce, Eduardo Yaguas


Migrante

Pedí descansar y me trajeron al infierno.

¿Qué hago donde hay sólo piedras

y el sol constantemente

aja la piel como a una rosa?

La muerte olfatea los zapatos. Y el viento

Rememora mis querencias

¿Partí como tantos y moriré como tantos

apagado por el polvo y la tristeza?

Estoy quizá donde mis amables comensales.

Pisando la tierra que ellos pisan

tragando la miel que no comparten.

¿Pedí acaso demasiado?

Sólo descansar…

y me trajeron al infierno.

13-06-87



Carnaval

Alcánzame tu mano

a través de la gente

Sauce herido que no canta

que no busca mi sueño entre sus ramas

Y a dónde iremos?

El machete me amarga

La tarde se va con mi árbol oscuro

Aprieto tu mano y juntos

nos dormimos en ese silencio

silencio de árbol muerto.

Marzo 16, 1985



Confesiones

Historia compartida por un viajero y su guía sobre la destrucción de un aldea

A los periodistas muertos en Ayacucho.


/Junio de 1985/

¿Quién reposará donde inscribimos nuestros nombres?

Donde derribamos los océanos para hacer con nuestros pies

los nevados

y bloquear con nuestros cuerpos las balas?

/La ciudad al principio

Los designios de un camino implacable /

Soñabas

Derribar con tus salivas

Los muros de polvo y de rocas

(las murallas que no son como tú crees

Un árbol o un manantial congelado

En el invierno pasado).

El camino que de tanto huir nos arroja adonde partimos

Era casi imposible. /Bordear algún río. / Comer guijarros

Y consolarse con alguna canción extraviada. /

(Ah viajero de eso no nos percatamos)

La hora celeste opacó la memoria de los astros

El cansado rumor de alguna queja,

Y a los pájaros?

También les despojó de la falsía de sus voces.

¿Quién entonces mentirá si tu no lo haces ahora?

¿Quién se hará de fábulas

de tanta anécdota que nos muerde las tripas?

La noche es tan mansa como el día

Y las balas tan frágiles y tan mortíferas

como en las guerras.

/ Aquí donde para hablar es suficiente una sonrisa /

La aldea. El cielo gris

Un puñado de cenizas vomitando

El recuerdo mal uniformado de los infantes de Marina.

/ La agitada parla de viejos enterrada sobre el guano de las

sementeras /

Las mujeres que descubren

otros cuerpos / otro semen

Y maldicen

la huella imborrable de los soldados.

24-05-85



Poema para un durmiente


A Arturo Paredes in memoriam


¿Dormido te pescaron?

atravesando tus ojos

para derribarte como a una pared de adobes?

Arturo / Arturo…

¿en qué quedamos? Si estabas

Siempre en la vaguedad enredada de tu cabeza

En la neblina de tus ojos.

Sucede,

Que el mar ignora

Cuántos ojos ciega

o cuántos cuerpos contra las rocas golpea.

Sucede,

que el viento no sabe

de las hojas que arrastra

de los otoños que entristece.

Y sucede,

que tú eres el mar.

El viejo que arrastra las hojas

Y el otoño entristecido

en los ojos

de Carmela P.

Arturo / Arturo…

¿Estás dormido?

En la oscura calma de un toque de queda

En el rumor ajeno de una mosca

En el rumor siniestro de una bala?

Y qué sabrás tú de las viejas estaciones?

Donde gustabas de un helado. Y tocabas

tu silbato (en los desfiles). Para reírte

de los despistados automóviles

(como quien no sabe nada

como quien

con los ojos cerrados

tantea la ciudad).

Es cierto / Arturo.

Tu silencio

Tu insospechada inocencia

El color

de los árboles

derribándote

Trágicamente.

12-09-87



©Alfredo de la Cruz (Chimbote, junio 1963 )
De padres provincianos, radicó en Lircay-Huancavelica durante cuatro años de su infancia, luego emigró a Lima, al barrio El Progreso, distrito de Carabayllo, en donde inició sus primeros “textos poéticos”.

* Tomado de El Origen del Silencio, Centro de Investigación, Publicaciones y Educación Popular-CIPEP Lima, Perú, 1988. 60 páginas.


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